Gran alegría de saber que en El Salado los campesinos
ya no tienen que usar su huella digital como firma. Ahora, con la colaboración
de sus compañeros, que les han enseñado a leer y a escribir, pueden leer y entender
lo que firman. Poder entender lo que se firma es parte integral de la paz.
“El analfabetismo se está erradicando de las veredas
de El Salado con un programa que enseña a leer y escribir a través del juego”.
(Ver págs.. 15, 28 y 33, documento de la Fundación Semana).
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